Marcela llevaba una temporada en paro, pues hacía ya hacía meses que nadie mandaba mensajes a su móvil verde chillón para contratar sus servicios de hada madrina a domicilio. Su aburrimiento era tal que se dedicaba a dar vueltas por el cielo ayudando a todo el que la necesitaba. O al menos, esa era su intención, pues no todos compartían su entusiasmo. Hartas de sus meteduras de pata, las hadas Anastasia y Apolonia urdieron un plan para deshacerse de ella durante una temporada