Tengo miedo a caminar sola de noche por la calle. Miedo a no ser aceptada. Miedo a mi propio cuerpo y al ajeno. Tengo mucho miedo. Pero el cine de terror me ha ayudado desde que era niña: a la vez que alimentaba mis temores y generaba muchos nuevos, me ha brindado un lugar en el que cobijarme, en el que aprender. Ahora que tengo más herramientas para combatirlo soy capaz de enfrentarme a él.